miércoles, 11 de mayo de 2016

Celebración de entronización de las reliquias de las Hnas. Beatas Fidela, Josefa y Facunda

Reliquias  de las Beatas: Fidela, Josefa y Facunda

  Les  hacemos partícipes del encuentro que hemos tenido en el Colegio,  las Hermanas, los profesores, vecinos y otras familias para  entronizar los restos de nuestras Hermanas Mártires, los niños lo hicieron al día  siguiente. El acto ha sido sencillo pero no le ha faltado el amor y los gestos muy significativos por parte de todas las personas que asistieron y a quienes les damos las gracias. Los niños entendieron muy bien  hasta dónde puede llegar el amor a Dios y a los hermanos  y de lo que es capaz.
 Se comenzó con una bienvenida. Con gran alegría  hoy nos hemos reunido en esta Capilla del colegio Santa Teresa  de Porcuna, que conserva la memoria y la oración hecha por nuestras Hermanas, profesoras, Jóvenes, niños, padres y madres de familia, laicos, en tantos encuentros, Eucaristías, convivencias, retiros, que la Iglesia local y el Instituto ha procurado desde la apertura de esta casa. Desde esta conciencia de Instituto, de cuerpo apostólico congregado para la misión que nos confiara el Padre a través de nuestra Madre Fundadora la Sierva de Dios María Gay Tibau, iniciamos esta oración de entronización de las reliquias de nuestras Hnas. Beatas Fidela Josefa y Facunda, reflexionando lo que significa para nosotras.
En primer lugar:
•          La urgencia de ser testigos de Jesucristo y de su propuesta de Salvación en todo momento y muy especialmente en las dificultades.
•          La comunión con todas las Iglesias y sus miembros que hoy sufren  persecución y martirio a causa de su fe cristina.
•          Valorar  la misión que la Institución de las Hnas. de San José han realizado y realizan con  los niños,  los ancianos, en las parroquias,  y con   los enfermos “Aliviándoles el dolor y sembrado la paz en sus corazones” en Europa, Latino América y África.
Nuestras Mártires Fidela, Josefa y Facunda tienen en común: el gran amor a Jesús demostrado en las cosas pequeñas de cada día. La misericordia hecha servicio a los enfermos que les confiaban y el deseo de dar su vida por Cristo y por la conversión  de los enemigos de la fe cristiana.
Nosotras las tenemos como modelos a seguir en nuestras vidas diarias y sean intercesoras por el mundo que hoy sufre a causa de las guerras, persecuciones y enfermedades que destruyen el gran regalo de la creación y de la vida humana.
En esta tarde queremos ponernos a los pies del Señor, para escuchar su Palabra y ser capaces de comprender los signos de los tiempos que nos hacen reconocer la presencia de Dios y su voluntad.

Confiemos una vez más al Señor nuestra vida y misión invocando al Espíritu Santo.




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