Con unas sencillas
palabras quiero despedirme de ustedes con gran alegría y porque no decirlo con
un poco de pena, por lo bueno que pude aprender, lo mucho que me dieron,
amistad, compañía, cariño y acogida, eso vale más que todo.
Mi estancia en PORCUNA:
fueron seis años y me llevo un grato recuerdo. Tengo la gran esperanza de que
podré verles algún día, lo cual me causaría gran alegría.
Como todos saben las
Religiosas somos mujeres de obediencia y aunque a veces nos cueste, porque
somos humanas sabemos que hay que obedecer con agrado, resignación y contentas,
sabiendo que estamos cumpliendo a lo que un día nos comprometimos ante El Señor
por medio de unos Votos.
¿ Cuesta el traslado
? Por mi parte les puedo decir que sí,
unas veces más que otras, aunque luego pienso, cuando el Señor ha dispuesto
este destino Él sabrá el por qué.
Pero tengo muy claro que
los quiero de verdad a todos y a los niños del Colegio, para ellos no tengo ni
palabras de la pena que me da dejarlos, los quiero de verdad, son tan majos.
LES DESEO UNAS
SANTAS Y FELICES FIESTAS.
Hna. Casilda Martínez rsjg
Testimonio de Fe de la Madre Casilda en la Parroquia con motivo de la clausura del Año de la Fe.
Testimonio de Fe de la Madre Casilda en la Parroquia con motivo de la clausura del Año de la Fe.
TESTIMONIO DE MI VIDA RELIGIOSA
A los 14 años
siendo niña en el Colegio de mi Pueblo, sentí que mi vida era para estar con el
Señor.
Era muy vivaracha
me gustaba jugar como cualquier niña de esa edad, pero por otra parte mi
inclinación siempre era que cuando tuviese la edad me podría ir al Aspirantado
que tenían las Religiosas de San José en Barcelona y así
fue, la añoranza de mis padres fue grande, pero con la ayuda del Señor y el
ambiente que tenía allí lo fui superando.
A los 16 años
empecé el noviciado, entonces vi, que mi vida para el Señor, tomaba otro rumbo
más serio y comprometido en su seguimiento, allí se fue forjando mi vida
espiritual y apostólica al servicio de los enfermos al estilo de la Madre Gay
Tibau para aliviar el dolor, sembrar la paz
a los enfermos más necesitados y paso a paso pude llegar al compromiso
de mi primera profesión.
Pasados los tres
años hice mi Profesión Perpetua, ya cada vez el compromiso era más serio y
comprometido con El Señor. Ahí es cuando
pensé más antes de dar el paso, le seré fiel y ante tanta lucha dije, sí adelante.
Sentía el
compromiso de realizar la Misión que como hija de María Gay el Señor me
encomendaba. La verdad en esos momentos iluminada por la fe y acompañada de paz
por mis Hermanas fui dando respuesta a lo que el Señor me pedía.
En mi camino no han
faltado contradicciones, pero también ha habido alegrías; si una se abraza a la
Cruz de Cristo todo se supera, no se desanima y sigue adelante.
Llegué a hacer mis
Bodas de Plata, de Oro y seguiré siéndole fiel hasta la hora de la muerte, pero
todo esto sin contacto íntimo con Dios en la Oración y una fe profunda sería
imposible llegar a la meta deseada.
Les diría a los
jóvenes que si sienten la llamada del Señor la sigan, es una de las mejores
herencias que podemos tener, estar siempre con Él sabiendo que no nos defrauda.
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