¡ FELICIDADES !
Don Diego Millán, presentó y valoró el trabajo realizado por las religiosas en Porcuna.
Palabras de la Hna. Carmen García Martínez, Superiora General del Instituto de Religiosas de San José de Gerona.
HOMENAJE DE GRATITUD Y RECONOCIMIENTO
Quiero deciros GRACIAS de todo corazón, dirigidas en primer lugar al Sr. Alcalde D. Miguel Moreno, a la Corporación Municipal de Porcuna, que ha aprobado la propuesta de esta gran distinción, a D. Diego Millán, que ha sabido plasmar la labor de las hermanas al servicio del pueblo. Gracias a la Iglesia de Porcuna, representada aquí por D. Jesús Millán, que a lo largo de estos años ha ofrecido asistencia espiritual a la comunidad. Gracias a las religiosas, a las maestras y maestros, a los padres y madres y a todos los aquí presentes que con vuestra cercanía nos habláis de gratitud y reconocimiento y a todo el pueblo de Porcuna. Muchas gracias.
Hoy es un día grande para nosotras, este acto es muy importante y significativo para las Religiosas de San José que estamos haciendo historia con vosotros desde hace 88 años.
La placa nos reconoce como hijas de Porcuna a las Religiosas de San José de Gerona y ¿qué quiere reconocer? Me atrevo a decir que en primer lugar quiere reconocer la labor de tantas hermanas que a lo largo de estos años de historia se han dedicado con corazón grande y bondadoso a los porcunenses, dando respuesta a sus necesidades, practicando con fidelidad nuestro carisma, “aliviando, consolando, curando y enseñando”.
Nuestro Instituto y Porcuna están unidos por una historia común, nuestras primeras hermanas llegaron a Porcuna respondiendo a una petición del Sr. Alcalde D. José Santiago y empujadas por el deseo de evangelizar y de curar, a imitación de Cristo Jesús. Sin duda que en el año 1923 fue una aventura misionera, contando la lejanía, los imprevistos, lo desconocido, las dificultades de los viajes, Porcuna fue la puerta de entrada que facilitó la extensión del Instituto en Andalucía, en 1943 fundamos en Arjonilla y en 1949 en Jaén.
Al reconocer nuestra historia no podemos olvidar los testimonios de caridad ardiente y de servicio abnegado de nuestras hermanas que vivieron tiempos muy difíciles en la guerra y en las posguerra, la mayoría de los que estamos aquí tenemos reflejado en nuestras pupilas el rostro sereno, dulce, sonriente de la Madre Jesús que dedicó toda su vida a servir con gran humildad en múltiples actividades. En sus últimos años se la veía siempre rodeada de niños, acogiendo con mucho cariño, paciencia y benignidad a todos, sin excepción. Una hermana me contó que en tiempos de gran necesidad, la Madre Jesús, cada mañana, guardaba su bocadillo del desayuno y se lo daba discretamente a un pobre. Éste es uno de los mil detalles que podríamos añadir y que muchos de vosotros sois testigos.
Quiero invitaros a dar gracias conmigo a Dios porque en su providencia nos ha predestinado para vivir juntos este momento y le damos las gracias por tanto bien recibido y compartido con vosotros.
En nombre del Instituto recibid nuestras sinceras gracias como expresión también de nuestra gratitud y reconocimiento hacia el pueblo de Porcuna que siempre acogió y veló por el bien de nuestras hermanas y lo ha considerado como un orgullo el poder contar con una comunidad de religiosas.
Que vuestra presencia se pueda continuar en el tiempo y podamos todos juntos dar gloria a Dios por el bien que las hermanas siguen realizando actualmente a través de la visita a enfermos, la distribución de la comunión, la catequesis en la parroquia y la colaboración a otros niveles, de manera especial la relación con los alumnos y padres buscando siempre dar una educación de calidad en el colegio. Que podamos seguir planeando actividades solidarias ayudadas por los jóvenes y los seglares de Porcuna comprometidos con cuantas necesidades nos rodean.
Y que todo contribuya al bien de todos, para un mejor servicio evangelizador con y para las personas de nuestro pueblo de Porcuna.
Muchas gracias.